sábado, 19 de mayo de 2007

El proceso Paradine




Pues cómo le va a sentar la toga? estupendamente bien, Gregory Peck consigue que su personaje viva un tremendo conflito interno que se hace patente en cada nueva toma. A pesar de que los protagonistas del filme no fueron elegidos por Hitchcock, sino por David O. Selznick que los impuso desde un principio, me parece que la elección de Peck es siempre un gran acierto, no he visto aún una mala o mediocre interpretación suya. En este caso su abogado, defensor de la viuda de Paradine se enamora perdidamente de su cliente, sin concesiones, pues cree en su inocencia por sistema, sin que ella se lo confirme.
Con Londres como telón de fondo este filme podría ser de los normalitos del maestro pues no es destacable por ningún aspecto, más bien es un típico filme de juicios con una estructura sencilla. Se plantea la culpabilidad de la esposa de Paradine, es llevada a la cárcel y un abogado amigo de la familia le promete la mejor defensa. Es ahí donde entra nuestro hombre, Gregory representará la cara amable de la ley pero el magnetismo de la viuda hará que caiga rendido a sus pies sin ser correspondido.
Lo que puede diferenciar al filme es que la cliente se niega a colaborar con Peck y esto provoca su sorpresa durante el juicio pues poco a poco se van revelando detalles que el defensor desconoce.
Una recomendable película del maestro pero entre las dos que vi ayer me quedo con Recuerda mucho más intrigante e ingeniosa, además de contar con una pareja que rezuma química...

viernes, 18 de mayo de 2007

Recuerda: sigo con la fiebre Peck


Ultimamente me encuentro revisando la filmografía del más grande en el genero del suspense, claro queda que me refiero a Hitchcock. Entre sus películas hoy he reencontrado a Gregory Peck viendo Recuerda (Spellbound) junto a una jovencisima Ingrid Bergman. ¿Qué decir de ambos? Cada uno en su papel está maravilloso pero Gregory Peck consigue trasnmitir las sensaciones, pensamientos y emociones de su J. B.. Por el miedo que ha llegado a producirme y por ser el conductor del suspense me he seguido enamorando un poquito más (si es que se puede) de él (que lastima llegar tan tarde) y de su interpretación.
Hitchcock rompe una de sus reglas en beneficio del filme, según decia el director la base del suspense está en ofrecer al espectador más información de la que tienen los protagonistas pero en este caso el único que tiene la clave del misterio es la mente de Peck, ni siquiera la tiene él mismo porque la amnesia ha actuado de protectora borrando los recuerdos que podrian hacer daño a la persona. Por lo tanto la clave del misterio está en el subconsciente del amnésico J.B.

El rey del suspense centra la trama en una institución para enfermos mentales, donde los psiquitras tratan a través del psicoanalisis a sus pacientes, el halo de Freud impregna todo el filme. Entre todos los doctores encontramos a la joven psiquiatra Constance Peterson en el bello rostro de Ingrid Bergman. La llegada del nuevo doctor Edwards (Gregory Peck) no la tiene demasiado convencida a pesar de que es una eminencia y ella misma le admira por los libros que ha escrito. Cuando por fin se produce la llegada, el hecho de ver que es tan joven la descoloca pero lo que de verdad la paraliza es un flechazo, mutuo. Ya tenemos a los dos protagonistas enamorados perdidamente y es entonces cuando Hitchcock aprovecha para mover ficha.
El doctor Edwards muestra sintomas de amnesia y de complejo de culpabilidad, el mismo que él describe en su obra "El laberinto del sentimiento de culpabilidad". Esto le lleva a confesar a Constance que no es el doctor Edwards y que en realidad él lo ha matado y suplantado su identidad. Ya nada es lo que parece pero el amor lo puede todo y ella decide creer en su inocencia.

Planos inquietantes y sueños como el diseñado por Salvador Dalí van ofreciendo nuevas pistas a la pareja de enamorados que se ve envuelta en un viaje en el que tratarán de descubrir qué ha sucedido en realidad. Con la maestria que Hitchcock hacia las cosas no se puede poner ni una sola pega a la película, tan sólo alabarla pues me ha hecho tiritar de miedo, me ha mostrado como ocultar la realidad que se tiene ante las narices y una vez más el maestro me ha dejado boquiabierta con su buenhacer.


Me voy corriendo a ver otra del maestro y aprovenchando de Peck, pues en El proceso Paradine también trabajan juntos... me estoy enamorando de Peck en cada nueva secuencia, la verdad es que este hombre demuestra ser todo un camaleón pues tiene papeles en muy diferentes géneros y en muy variados registros, esto si que es un gran actor. Me inquieta saber cómo le sentará la toga de abogado...

jueves, 17 de mayo de 2007

To kill a Mockingbird


Hacia tiempo que me esperaba este filme, sobre todo después de descubrir en Las nieves de kilimanjaro que Gregory Peck me gustaba tanto (es lo bueno que tiene ser joven, siempre se está descubriendo nuevas -viejas- joyas). El hecho de saber que su papel de Atticus Finch le habia valido el Oscar al fin, me daba aún más esperanzas para saber que iba a ver una obra maestra mínimo de la interpretación.

NO me equivocaba, el señor Peck está inmenso, a su papel de un padre abnegado y abogado liberal Gregory le brinda una humanidad y un estilo por encima de cualquier interpretación masculina de la época. Creo que después de ver Matar a un ruiseñor puedo decir que Gregory Peck es uno de los mejores actores de la década de los 40-60, destacando esta interpretación y recordando por ejemplo al socarrón periodista que engaña a la tierna princesa Anne (Audrey Hepburn) en Vacaciones en Roma.

En esta ocasión Robert Mulligan consigue una brillante adapación de la novela -galardonada con el Pulitzer- de Harper Lee, que muestra la apacible vida de un padre y sus dos hijos hasta el momento en que el padre se tiene que hacer cargo de la defensa de un hombre de color acusado de violación por un maleante racista del pueblo. Atticus Finch cree que no encargarse de esta defensa seria ir contra sus principios y cree a toda costa en el testimonio de su cliente, al cual defenderá con sus mejores artimañas, basadas esencialmente en el don del verbo.

Una historia que habla de la familia, de la justicia, de la perdida de la inocencia infantil, de la moral y en definitiva de la vida, consigue llegar muy adentro del respetable. Un filme fácil de ver con dos partes diferenciadas, en la primera se centra más en la vida de los niños, que inventan una historia sobre Boo Radley, su misterioso vecino. En segundo lugar está el juicio de Tom Robinson, que a Atticus le cuesta la perdida de alguna amistad pero le otorga para siempre el respeto de esos locos bajitos que son sus hijos, por lo tanto esta historia narrada desde la voz madura de Scout, la hija de Atticus, es una canción de amor a su magnífico padre. El cual prefiere que le miren mal que ver matar a un ruiseñor, pues es un pecado.