Eso mismo gritaria Danny Dravot cuando le coronaron rey de Kafiristan y es que ser descendiente de dioses no es ninguna broma... las aventuras imaginarias de Danny y Peachy contadas por el grande de Rudyard Kipling en El hombre que pudo reinar son solo mejoradas por el relato audiovisual que papà Huston nos regala en The man who would be king.
El hombre que pudo reinar es una obra redonda que Huston solo pudo rodar en 1975 por avatares del destino, muchos problemas con actores primero (la muerte de Humphrey Bogart entre ellos) y con presupuestos se lo impidieron en contadas ocasiones por eso a pesar de ser una obra en esencia moderna rezuma por todos los costados el espiritu del Hollywood clásico de esas "de aventuras" que vienen para contarnos algo grande. En este caso una historia de amistad y lealtad máximas que por encima de lo que el hombre pueda hacer, decir o representar en su vida, tenemos que saber que está la amistad que le ha unido a otra persona en la vida. Que grande es la LEALTAD!!!
Danny y Peachy interpretados por Sean Connery y Michael Caine respectivamente son sargentos británicos arrogantes, que quieren construir su propio imperio después de haber luchado en India por el británico a las ordenes de su majestad y ahora quieren ser sus propios majestades y dejar de rendirle cuentas a nadie. Ambos han encontrado un pequeño país llamado Kafiristan donde ya ha habido 32 reyes y ellos serás los números 33 y 34, sólo tienen que llegar hasta allí, tarea harto difícil que ambos amigos se proponen y consiguen con valor y perspicacia.
Estos dos no se rendirán a pesar de los avatares de la vida y del camino...al igual que Huston no se rindió ante la tarea de rodar tan difícil filme.
Un humor fuera de lo habitual en el cine de Huston y de mano de Connery: "ostras de la China" y frases por el estilo llevan a arrancar más de una carcajada del respetable que no espera que Danny y Peachy sean tan baladrones y tan poco formales como son pero en el fondo y siempre en el corazón tan leales...
Una obra que encoje almas y sobre todo ese final tan antológico que nos lleva a todo a entonar esa marcha en nuestros corazoncitos... si es que Huston sabia tocar sensibilidades...
jueves, 30 de noviembre de 2006
lunes, 27 de noviembre de 2006
Orson Welles en Hollywood (1941-1948)
En 1938 Orson Welles ya era un reputado director y actor teatral que trabajaba con frecuencia en la radio haciendo representaciones de importantes obras. Ese año, realizó una representación en las ondas de La guerra de los mundos de H. G. Welles tan realista, que los miles de oyentes que en ese momento escuchaban la radio pensaron que realmente el mundo estaba siendo invadido por extraterrestres y salieron espantados a las calles en busca de ayuda.
Este hecho proporcionó una enorme fama al joven Welles, quien recibió una oferta millonaria de la RKO para rodar 4 películas con total libertad, unas condiciones inauditas hasta entonces. Orson Welles se lanzó entonces a la creación de su primer largometraje, un costoso proyecto dirigido y protagonizado por él mismo que se convertiría en un clásico entre los clásicos: Ciudadano Kane. Sus revolucionarias formas narrativas, el innovador uso de la luz y el montaje y la inventiva visual que demostró Welles, son responsables de que Ciudadano Kane encabece con frecuencia las listas de las mejores películas de la Historia del Cine.
Debido en parte a las presiones que el magnate de la comunicación William Randolph Herst ejerció para impedir el estreno de la película (dado que se consideraba que Welles se inspiró en su figura para dirigir su ópera prima), la película fracasó en taquilla a pesar de recibir el respaldo de buena parte de la crítica.
Un año después, Welles presentó su segundo largometraje, la excelente El cuarto mandamiento, en la que no aparecía como actor y en la que continuaba con los valores estéticos y narrativos de su predecesora. Sin embargo, temiéndose un nuevo fracaso en taquilla, la RKO no cumplió su palabra de dar libertad total a Welles y decidió recortar media hora del montaje cambiando también el final sin la aprobación del director. El público dio la espalda a la película igualmente.
Con dos fracasos de taquilla a sus espaldas, Orson Welles trató de filmar una serie de documentales sobre Sudamérica pero la RKO dijo basta y rescindió su contrato. Para colmo de males, fue apartado del rodaje de Estambul (1943).
Apartado de Hollywood como director, Welles se dedicó a trabajar como actor en diversas producciones hasta lograr un contrato para filmar una muy interesante película de cine negro llamada El extraño, en la que también intervino como actor y que le devolvió un cierto prestigio ante la industria al terminar su rodaje en el tiempo establecido y sin sobrepasar el escaso presupuesto inicial.
Inmediatamente después, vuelve a los grandes estudios para rodar La dama de Shanghai, otro largometraje de cine negro protagonizado por él mismo y Rita Hayworth, por entonces esposa de Welles aunque ya en proceso de separación. La presencia de las dos estrellas despertó una gran expectación, así como el cambio de imagen que el director propuso a su esposa, cortando su famosa melena (Rita Hayworth acababa de protagonizar la mítica Gilda) y tiñendo su pelo de rubio platino. Al parecer, Welles presentó un montaje de dos horas y media que horrorizó a su productor, quien dedicó nada menos que un año a recortar en metraje en más de una hora y cambiar la música sin el consentimiento del director. Una vez más, La dama de Shanghai no obtuvo el éxito esperado aunque hoy en día está considerada como una de las grandes obras de su director.
Para la fecha del estreno de La dama de Shanghai (1948), Orson Welles ya había terminado en menos de un mes el rodaje de su primera adaptación cinematográfica de su admirado Shakespeare, una espectacular y visualmente fascinante versión de Macbeth dirigida, protagonizada por él mismo y rodada con un bajísimo presupuesto y una inventiva estética y de puesta en escena que volvieron a demostrar el extraordinario talento de su creador.
Harto de que su trabajo no fuera respetado por los productores y con Hollywood dando la espalda a sus proyectos, Welles abandonó EEUU y se instaló en Europa buscando financiación para sus nuevas películas, donde pudo rodar dos nuevos largometrajes. En los años siguientes sólo trabajó en Hollywood como actor en numerosas producciones con el fin de conseguir dinero para sacar adelante sus proyectos como director. A finales de los 50 regresaría a Hollywood para rodar como director una de sus obras más destacadas, Sed de mal (1958).
Este hecho proporcionó una enorme fama al joven Welles, quien recibió una oferta millonaria de la RKO para rodar 4 películas con total libertad, unas condiciones inauditas hasta entonces. Orson Welles se lanzó entonces a la creación de su primer largometraje, un costoso proyecto dirigido y protagonizado por él mismo que se convertiría en un clásico entre los clásicos: Ciudadano Kane. Sus revolucionarias formas narrativas, el innovador uso de la luz y el montaje y la inventiva visual que demostró Welles, son responsables de que Ciudadano Kane encabece con frecuencia las listas de las mejores películas de la Historia del Cine.
Debido en parte a las presiones que el magnate de la comunicación William Randolph Herst ejerció para impedir el estreno de la película (dado que se consideraba que Welles se inspiró en su figura para dirigir su ópera prima), la película fracasó en taquilla a pesar de recibir el respaldo de buena parte de la crítica.
Un año después, Welles presentó su segundo largometraje, la excelente El cuarto mandamiento, en la que no aparecía como actor y en la que continuaba con los valores estéticos y narrativos de su predecesora. Sin embargo, temiéndose un nuevo fracaso en taquilla, la RKO no cumplió su palabra de dar libertad total a Welles y decidió recortar media hora del montaje cambiando también el final sin la aprobación del director. El público dio la espalda a la película igualmente.
Con dos fracasos de taquilla a sus espaldas, Orson Welles trató de filmar una serie de documentales sobre Sudamérica pero la RKO dijo basta y rescindió su contrato. Para colmo de males, fue apartado del rodaje de Estambul (1943).
Apartado de Hollywood como director, Welles se dedicó a trabajar como actor en diversas producciones hasta lograr un contrato para filmar una muy interesante película de cine negro llamada El extraño, en la que también intervino como actor y que le devolvió un cierto prestigio ante la industria al terminar su rodaje en el tiempo establecido y sin sobrepasar el escaso presupuesto inicial.
Inmediatamente después, vuelve a los grandes estudios para rodar La dama de Shanghai, otro largometraje de cine negro protagonizado por él mismo y Rita Hayworth, por entonces esposa de Welles aunque ya en proceso de separación. La presencia de las dos estrellas despertó una gran expectación, así como el cambio de imagen que el director propuso a su esposa, cortando su famosa melena (Rita Hayworth acababa de protagonizar la mítica Gilda) y tiñendo su pelo de rubio platino. Al parecer, Welles presentó un montaje de dos horas y media que horrorizó a su productor, quien dedicó nada menos que un año a recortar en metraje en más de una hora y cambiar la música sin el consentimiento del director. Una vez más, La dama de Shanghai no obtuvo el éxito esperado aunque hoy en día está considerada como una de las grandes obras de su director.
Para la fecha del estreno de La dama de Shanghai (1948), Orson Welles ya había terminado en menos de un mes el rodaje de su primera adaptación cinematográfica de su admirado Shakespeare, una espectacular y visualmente fascinante versión de Macbeth dirigida, protagonizada por él mismo y rodada con un bajísimo presupuesto y una inventiva estética y de puesta en escena que volvieron a demostrar el extraordinario talento de su creador.
Harto de que su trabajo no fuera respetado por los productores y con Hollywood dando la espalda a sus proyectos, Welles abandonó EEUU y se instaló en Europa buscando financiación para sus nuevas películas, donde pudo rodar dos nuevos largometrajes. En los años siguientes sólo trabajó en Hollywood como actor en numerosas producciones con el fin de conseguir dinero para sacar adelante sus proyectos como director. A finales de los 50 regresaría a Hollywood para rodar como director una de sus obras más destacadas, Sed de mal (1958).
domingo, 26 de noviembre de 2006
Forever and ever...
De aquí a la eternidad o cómo contar una de militares metiendo las narices donde no debemos sin que el código Hays nos diga nada...
La acertada colección de El País recupera muchos clásicos entre ellos esta maravillosa historia de amor y guerra que es De aquí a la eternidad. Fantásticamente contada por Zinneman que a pesar de no ser un gran "autor" (si de verdad no se le ve un estilo propio pero es que en la época a poquitos se les veia, es una industria) fue un gran descubridor de muchos de los buenos de Hollywood y que cuenta con una regular carrera en lo que a ocio repercute.
En este caso nos vamos de viaje a Hawai poco antes del ataque japonés de Pearl Harbor, tensión acumulada si les cuento que en el ejército acaba de llegar el joven corneta Prewitt (un insuperable y atormentado, como siempre, Montgomery Clift) que no quiere pelear y todos sus compañeros y sobre todo sus superiores le piensan hacer la vida imposible para que luche en el campeonato de boxeo pero él muy dignamente ha decidido que no lo hará.
Menos mal que contamos con la presencia de el sargento Warden (en la piel del magnifico y ya menos inocente Burt Lancaster) que es el único que es respetable -a pesar de hacer cosas prohibidas- y que cuidará de Prewitt junto con Angelo Maggio (al que le costó mucho de conseguir el papel pero que al final fue suyo por un misero sueldo, la siempre grande VOZ, Sinatra).
Además tenemos a la esposa de Holden el oficial que trata de atormentar a Prewitt, que vive ella misma su propio tormento y tortura, una interesantisima Deborah Kerr que rompe con los moldes a los que nos tenia acostumbrados y empieza a ser sensual y sexual por primera vez en su carrera.
Junto a Clift está la bella Dona Reed que le aporta el toque de distición y clase a esa menos noble profesión que le dan a la chica, en fin que la meten a putilla y luego la hacen pasar por señorita de compañia para pasar el código Hays, listo que era el mandamás Harry Cohn que se las ingenio para pasar todos los filtros (y los pasó, los pasó).
Lo mismo sucedió con la crítica al ejército, que se suavizó con las vueltas de guión y con los cambios posteriores pero aún así alguna le llueve al ejército pero claro está que no se iban a echar arena a los ojos. Por lo tanto corrieron todos a verla además la promoción no pudo ser más buena con Cohn gastando el dinero en publicidad. (((Además subió la venta de camisetas hawaianas - dato del librito de El País-, que chupimega guay!!!! si es que esto de hacer cine es la bomba tio)))
Por lo tanto la película ganó 8 estatuillas doradas: mejor película, mejor director, mejor actriz de reparto (Dona Reed), mejor actor de reparto (Frank Sinatra que como anécdota contar que tuvo que dejar sus vacaciones junto a su amor Ava Gardner en África para la prueba y aceptar y bajisimo sueldo sólo con la condición de que su nombre apareciera en los titulos de crédito junto a los grandes, ya que la voz en esos momentos estaba de capa caida por un problema en la idem), Mejor fotografía en blanco y negro (que como dijo Zinneman era por serle fiel a la novela), mejor sonido, mejor montaje y candidata a cinco oscars: mejor protagonista que quedo dividido entre Burt Lancaster y Montgomerty Clift, mejor actriz protagonista (Deborah Kerr), mejor vestuario y mejor banda sonora...
Ya saben un filme muy premiado con muchos reconociemientos al que solo le falta su visto bueno para pasar al olimpo de los más vistos...
además de la irrepetible imagen del beso en el agua, Mmm, Mmm, Mmm...
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¿Creer o no creer? El ilusionista
Ustedes se preguntaran pues no es tan difícil si ya está todo demostrado que los trucos, trucos son... a estas horas como viene esta y duda de si debemos creer o no creer. En la Viena de 1900 nada se tenia por cierto y las artes de Eisenheim aún sorprendian a quienes desde el palco las observaban (aunque una servidora afirma que en el cine aún pudo gozar de la capacidad de sorpresa que muchos de los trucos me producian).
Una enternecedora película de amor que cuenta con la maravillosa fotografía de Dick Pope para contar lo mismo de siempre. Chico de clase baja, es decir hijo de ebanista, ama a una noble que no está a su alcance. Pero esta vez los trucos de magia y la música de Philip Glass ofrecen una óptica novedosa que dotan a la historia de un poder que no tienen las demás historias de amor.
Simplemente la historia de Neil Burger cuenta con tres grandes actores (porque lo de Rufus Sewell es de expediente X, que malo en todos los sentidos es el condenado Leopoldo) que llenan la pantalla con química y con actuaciones al nivel de la historia que en su día nació de la pluma de Steven Millhauser como un cuento de amor (que bonito cuento de amor!!! llamenme romántica, cursi o lo que sea, -Baby, I don't care, que diria mi amada Leonor susurrando-).
En primer lugar tenemos al siempre enigmático Edward Norton que lo borda y esta vez con perilla y ¿poderes sobrenaturales? también. Pues está al nivel requerido para tan difícil reto. El suyo es un papel que pide a gritos concetración y meterse muy dentro de la piel de Einsenheim, Norton como en todas las ocasiones que lo hemos visto en la pantalla grande lo logra, porque este chico vale su peso en oro. Ya desde American History X o El club de la lucha le admiramos pero con tan singular mago solo podemos decir "chapeau".
Desvaneciendo consciencias tenemos a la bella del lugar, Jessica Biel, que deja de ser la sexta del paraiso para convertirse en la amada de dos de los personajes de la película: por un lado es el amor de niñez del joven Eisenheim antes si quiera de llamarse así y por otro es la prometida del emperador Leopoldo, difícil situación la suya... La química entre Biel y Norton es palpable y la escena más torrida así lo demuestra aunque un simple y sensual beso deja suficiente huella como para afirmar que estos dos se quieren de verdad...¡¡¡amor, amor!!!
Y el tercero en discordia es la nota de cinismo que hace falta para que una historia de magia este bien contada. Este es el siempre eficiente Paul Giamatti (al que queremos más desde La joven del agua, que se le va a hacer, que poca objetividad tiene el cine, es lo que hay) que como jefe de policia Uhl tendrá que descofiar de cada truco de Eisenheim y de cada paso que dé... será en definitiva el que se coma los marrones pues por un lado tendrá que seguir de cerca la historia de los amantes secretos y por otro satisfacer todos los deseos de su alteza, un desastre...o no...
Una ilusión óptica señores, no se lo piensen dos veces y vayan a ver El ilusionista pues las historias de amor tan grandes siempre se agradecen y si están tan bien contadas mucho más, además aderezadas con una buena fotografía y sacudidas por la química de una pareja protagonista que deja al repetable sentadito en su sillón, esperando: besos, magia y naranjos que crecen sin explicación o con ella...
viernes, 24 de noviembre de 2006
Películas para no dormir
En los años 60 del pasado siglo, Narciso Ibáñez Serrador obtuvo un gran éxito con una terrorífica serie de televisión llamada Historias para no dormir, compuesta por capítulos independientes en los que se narraban las más escalofriantes historias.
Algunos de los seguidores de aquella serie mítica hoy son importantes directores de cine que se han decidido a participar en una nueva entrega. Se trata de Películas para no dormir, una serie apadrinada por Ibáñez Serrador, compuesta por 6 capítulos independientes de lo que antes se llamaba telefilms y ahora se empeñan en denominar tv-movies, de entre 70 y 80 minutos cada uno aproximadamente.
En principio, la serie se iba a emitir en Telecinco pero, en contra de la opinión de sus máximos responsables, han salido en alquiler en formato DVD en capítulos independientes. No se sabe aún si Telecinco, acostumbrada a maltratar series de calidad (recuérdese el caso de Vientos de Agua), terminará emitiendola. De momento, están ya en los videoclubes las seis entregas:
Algunos de los seguidores de aquella serie mítica hoy son importantes directores de cine que se han decidido a participar en una nueva entrega. Se trata de Películas para no dormir, una serie apadrinada por Ibáñez Serrador, compuesta por 6 capítulos independientes de lo que antes se llamaba telefilms y ahora se empeñan en denominar tv-movies, de entre 70 y 80 minutos cada uno aproximadamente.
En principio, la serie se iba a emitir en Telecinco pero, en contra de la opinión de sus máximos responsables, han salido en alquiler en formato DVD en capítulos independientes. No se sabe aún si Telecinco, acostumbrada a maltratar series de calidad (recuérdese el caso de Vientos de Agua), terminará emitiendola. De momento, están ya en los videoclubes las seis entregas:
- La habitación del niño. Es una película dirigida por Álex de la Iglesia con Javier Gutiérrez y Leonor Watling como protagonistas de una historia sobre realidades paralelas. Se trata de uno de los mejores capítulos, a pesar de alguna incongruencia en el guión, con una inquietante historia bien narrada a través de una puesta en escena más que convincentes. Las interpretaciones de sus protagonistas, así como del resto del reparto (con Sancho Gracia y Antonio Dechent, entre otros) son excelentes. Llama la atención el aspecto sobrenatural de la historia en manos de Álex de la Iglesia y el poco protagonismo del sentido del humor (algo poco habitual en su director, acostumbrado a comedias de acción y terror). En definitiva, un estupendo trabajo.
- Para entrar a vivir. Película dirigida por Jaume Balagueró, uno de los más destacados especialistas en el terror sobrenatural (Darkness, Frágiles) que aquí deja a un lado los fantasmas que pueblan sus largometrajes para acercarse a una historia de psicopatía en la que lo que prima es una violencia física brutal (en algunas escenas muy cercana al gore) protagonizada por unas excelentes Macarena Gómez y Nuria González. Los primeros minutos son francamente buenos y trepidantes pero el final decepciona al no atar todos los cabos de la historia, resultando finalmente poco creíble. Como en La habitación del niño, la música corre a cargo de Roque Baños.
- La culpa. Dirigida por el propio Ibáñez Serrador, se trata de una sórdida y oscura película de inquietante resolución. Con una excelente fotografía de José Luís Alcaine y una estupenda interpretación de Nieve de Medina, la película desarrolla una historia angustiosa y tétrica que nada tiene que ver con lo sobrenatural. Como anécdota, destaca un claro homenaje a El Resplandor de Kubrick. Música de Víctor Reyes (Lisboa, En la ciudad sin límites).
- Regreso a Moira. La vuelta a la dirección del guionista Mateo Gil (colaborador habitual de Alejandro Amenábar, quien hace un cameo en esta película) tras su único largometraje, Nadie conoce a nadie (1999). Gil plasma en esta historia de culpa y obsesión las constantes de su obra: saltos en el tiempo, sorprendentes sueños y un romanticismo melancólico que sienta estupendamente bien a esta historia de fantasmas interiores. Natalia Millán y Jordi Dauder realizan estupendas interpretaciones, mientras que Juan José Ballesta, para una vez que no tiene que interpretarse a sí mismo, deja entrever sus carencias como actor. Destaca la estupenda música de Zacarías Martínez De La Riva, con un cierto toque a El Bosque de James Newton Howard. Una excelente película.
- Adivina quién soy: Decepcionante aportación la del, por otra parte, interesantísimo Enrique Urbizu, director de las soberbias La caja 507 y La vida mancha. Una atmósfera inquietante y fría no es suficiente para sustentar una historia un tanto absurda y mal desarrollada, en la que reinan la confusión, un ritmo desequilibrado y un tono un tanto pretencioso. Goya Toledo como protagonista, hace lo que puede en una historia que pasa sin pena ni gloria ante la mirada confundida y desinteresada del espectador.
- Cuento de Navidad: Divertido e ingenioso homenaje al cine de zombies de serie B de los años 70 y a las películas de aventuras infantiles/juveniles de los 80 (Los Goonies, Karate kid, Nuestros maravillosos aliados…), la película aportada por Paco Plaza (especialista, como su socio Jaume Balagueró, en el cine de terror y director de El segundo nombre y Romasanta), Cuento de Navidad es un malicioso cuento de terror en el que unos niños (magnífico reparto infantil en el que se encuentra Ivana Baquero, protagonista de El laberinto del fauno) juegan cruelmente con una adulta cautiva en una trampa en el bosque (estupenda Maru Valdivielso). Excelente música de Mikel Salas que parodia/homenajea las músicas de aquellas películas fantásticas de los 80 y, en definitiva, un divertimento malicioso y bien narrado que cuenta en el tono de cuento/homenaje cruel con una de sus mejores bazas.
Anoche empezaron las andanzas de Una vida de pel·lícula (sin doble aún)
Anit per primera vegada en la Historia els oïents de radio cocentaina, la veu del comtat i tots el demés oïents que ara ens senten a través de la red van poder sentir la segona temporada de Una vida de pel·lícula, així sense doble perque així es com la vaig concebir però al unir-me al amic ARP vaig decidir doblar reforços i doblar la vida perque més val tindre una doble vida que no tindren cap...
Anit un programa ple d'ironies i de mala llet va anar dedicat a l'Ovidi Montllor que ell d'ironia i de cançò protesta be en sabia, volia començar les andançes en peu firme però amb el tò del any passat, pareix que ho he aconseguit.
No vull oblidar que esta es una nova temporada pel tant una nova Reme está darrere del projecte i el que sentim serà potser totalment diferent al que esperavem...
Espere no defreudar als que em sentiu des de les ones des de l'any passat i molt menys als que feu l'esforç d'escoltar el programa en un idioma que no es el vostre, com es el cas de ARP, gracies a tots els meus oïents per estar darrere del transistor...
Per a sentir-me tots el dijous de 9 a 10 de la nit:
Radio cocentaina
Un fort beset
Anit un programa ple d'ironies i de mala llet va anar dedicat a l'Ovidi Montllor que ell d'ironia i de cançò protesta be en sabia, volia començar les andançes en peu firme però amb el tò del any passat, pareix que ho he aconseguit.
No vull oblidar que esta es una nova temporada pel tant una nova Reme está darrere del projecte i el que sentim serà potser totalment diferent al que esperavem...
Espere no defreudar als que em sentiu des de les ones des de l'any passat i molt menys als que feu l'esforç d'escoltar el programa en un idioma que no es el vostre, com es el cas de ARP, gracies a tots els meus oïents per estar darrere del transistor...
Per a sentir-me tots el dijous de 9 a 10 de la nit:
Radio cocentaina
Un fort beset
jueves, 23 de noviembre de 2006
El laberinto del Fauno (y 2)
Una niña puede tener el poder en su mente de crear mundos que los mayores ni siquiera imaginan (Bueno Del Toro sí)... contrarestar el terror real con el horror imaginario es todo una acierto en esta fábula del méxicano.
Un cuento para mayores que los menores sólo podran ver cuando hayan hecho sus deberes y sepan quienes eran los malos y quienes los buenos, a pesar de que la cinta lo deja clarito, aunque claro "obedecer por obedecer, sólo lo hace gente como usted" dice el médico al general franquista...
Continúa la trilogía que ya empezó en El espinazo del diablo y que seguramente nos sorprenda con una tercera parte apabullante pues este segundo plato caliente no ha dejado indiferente a nadie, sea para bien o para mal... y la Historia pondrá a la cinta en su lugar... El laberinto del Fauno a los Oscars (y solo si pudiera ser real -cierro los ojos pido un deseo- los actores en los Goya).
Álex Ángulo nos regala un doctor con una dignidad y un aplomo que muchos quisieran para si mismos, olé, olé y olé!!!
El malo malisimo de la función está chapeau pues lo odias en cada minuto de la cinta, ese Sergi López que vuelve del país galo para sorprender con su militar malavadisimo, Vidal.
La mamá, Ariadna Gil no puede despertar en nosotros mayor ternura, es tan endeble, tan buena y le van a hacer tanto daño...pobre.
Maribel Verdú como la "rebelde" Mercedes (coincido contigo ARP) buen rescate el de esta actriz porque está espléndida.
Pedro que es el hermano de esta interpretado por Roger Casamajor es la representación de los guerrilleros, los "maquis" ocultos en las montañas, el mayor peligro de Vidal y los únicos que le hacen sobra en un mundo en el que él pone las sombras...
Por último y jamás menos importante Ivana Baquero, madre mia que potencial de la naturaleza esta chiquilla, ¿de dónde se la ha sacado Del Toro? No lo sé (ni me importa porque con aciertos así quien busca los porqués), solo sé que si lo sigue haciendo así de bien, bienvenida a la industria cinematográfica o mejor a la máquina de crear ilusiones si le gusta más a la niña...
miércoles, 22 de noviembre de 2006
La doble vida de una blogger empieza hoy
"Te voya contar un cuento...si tu me dejas, si me das tiempo" Lucía y el sexo de Julio Medem Lorenzo dixit.
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martes, 21 de noviembre de 2006
El laberinto del fauno (1)
En 2001 el mexicano Guillermo del Toro dirigió en España El espinazo del diablo, película producida por El Deseo que mezclaba una historia de la guerra civil española con un oscuro cuento de fantasmas vengativos. Tal arriesgada mezcla dio como resultado una más que interesante película que funcionó con éxito en taquilla.
Cinco años después, Guillermo del Toro vuelve a rodar en España El laberinto del Fauno, ambientada esta vez en la postguerra (año 1944), una época oscura, violenta y represiva en la que la recientemente impuesta dictadura de Franco perseguía a los últimos guerrilleros (conocidos como "maquis") que aún luchaban desde los montes contra el régimen fascista. No es la primera vez que el cine español trata el tema de los "maquis" (El corazón del bosque o Silencio roto son otros títulos). La novedad de El laberinto del Fauno reside en que, como en El espinazo del diablo, del Toro vuelve a introducir una historia fantástica dentro de tan oscura realidad. Esta vez lo hace a través de la niña protagonista, cuya pasión por los cuentos y su enorme imaginación la ayudan a evadirse del mundo gris y represivo que la rodea. Guillermo del Toro contrapone de esta forma el totalitarismo con el poder de la imaginación y la inocencia. Para el cineasta, el fascismo es la mayor perversión de la inocencia y la libertad de la imaginación.
Cinco años después, Guillermo del Toro vuelve a rodar en España El laberinto del Fauno, ambientada esta vez en la postguerra (año 1944), una época oscura, violenta y represiva en la que la recientemente impuesta dictadura de Franco perseguía a los últimos guerrilleros (conocidos como "maquis") que aún luchaban desde los montes contra el régimen fascista. No es la primera vez que el cine español trata el tema de los "maquis" (El corazón del bosque o Silencio roto son otros títulos). La novedad de El laberinto del Fauno reside en que, como en El espinazo del diablo, del Toro vuelve a introducir una historia fantástica dentro de tan oscura realidad. Esta vez lo hace a través de la niña protagonista, cuya pasión por los cuentos y su enorme imaginación la ayudan a evadirse del mundo gris y represivo que la rodea. Guillermo del Toro contrapone de esta forma el totalitarismo con el poder de la imaginación y la inocencia. Para el cineasta, el fascismo es la mayor perversión de la inocencia y la libertad de la imaginación.
Para narrar este cuento para adultos cruel, imaginativo y duro, del Toro cuenta con una excelente factura técnica, tanto en la puesta en escena y los efectos especiales (nada exhibicionistas y siempre funcionales) como en el tratamiento del sonido, todo ello envuelto en la excelente partitura de Javier Navarrete, reputado compositor de larga trayectoria con el que ya trabajó Guillermo del Toro en El espinazo del diablo y colaborador habitual del cineasta Agustí Villaronga.
En el apartado interpretativo cabe destacar los estupendos Sergi López, Álex Angulo e Ivana Baquero, la debutante protagonista aunque, posiblemente, brille especialmente el magnífico trabajo de una recuperada para el cine Maribel Verdú, encarnando con credibilidad y talento uno de los personajes más conmovedores de este cuento sustentado en una realidad cuyo recuerdo molestará a nostálgicos del régimen franquista, revisionistas falsarios y ultraderechistas trasmutados en supuestos demócratas.
Película compleja en sus mensajes y significados, llena de detalles y pequeñas alegorías, El laberinto del Fauno no sólo confirma la inventiva visual y argumental de su director sino que se encuentra entre las propuestas más atractivas del cine español de este año.
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